Taki es uno de los personajes más carismáticos y entrañables de la saga Soul Calibur. Presente desde Soul Blade, el project Soul cometió el error garrafal (desde mi punto de vista) de no incluirla en Soul Calibur V, siendo sustituida por su discípula Natsu, aunque más tarde sería recuperada para Soul Calibur Lost Swords. Taki es junto a Ivy, uno de los símbolos sexuales del juego, experimentando un aumento de pecho incomprensible a partir de Soul Calibur II (que prestó especial interés en este apartado si miramos los artworks disponibles en la galería), que se ve potenciado por un ceñido traje ninja de color rojo (azul en Soul Calibur III) que marca su escultural cuerpo junto con una máscara en alguna de sus apariciones, que posiblemente ayudó a aumentar su popularidad. Si bien su diseño está marcada por las políticas sexistas y es incomprensible decir que no está "hipersexualizada", resulta mucho más convincente y no tan antinatural/provocativo como el que presenta Ivy. Por suerte y lejos de las políticas sexistas, Taki tiene una fuerte personalidad, recogiendo la seriedad y profesionalidad típica de los ninja, que la hacen un personaje redondo. Por su forma de luchar es uno de los personajes más reconocibles y espectaculares de la saga, caracterizada por sus acrobacias y rapidez (sin descuidar su fuerza), que le proporcionan cierta ventaja sobre la mayoría de sus oponentes. Su principal baza está en el combate cercano, donde la rapidez de sus ataques y movimientos escurridizos pueden ser una pesadilla para los personajes más lentos. No obstante, el limitado alcance de sus ataques puede ser una desventaja en el combate a media/lejana distancia, ya sea contra Siegfried, Nightmare, Astaroth e incluso cervantes Cervantes, siendo el objetivo principal al controlarla aproximarse al rival y hacer uso de sus recursos ninjas. Taki ha sido uno de los personajes más equilibrados y eficaces a lo largo de la saga, por lo que siempre ha ocupado un lugar preferente para la mayoría de los jugadores. |
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| Valoración personaje usuarios: | |
| País de nacimiento: |  Fu-Ma No Sato, Japón |
| Estatura y Peso: | 1,70m - 53Kg |
| Estilo de Lucha: | Musō-Battō-ryū |
| Arma: | Kodachi (Soul Blade), Kodachis gemelas (A partir de Soul Calibur) |
| Fecha de nacimiento: | Desconocida |
| Familia: | Familia más cercana fallecida |
| Aliados: | Maestro: Toki, muerto en combate contra la propia Taki, Discípula: Natsu |
| Enemigos / Rivales: | Mitsurugi, Cervantes |
| Seleccionable: | Soul Blade, Soul Calibur, Soul Calibur 2, Soul Calibur 2 HD, Soul Calibur 3, Soul Calibur 4, Soul Calibur Broken Destiny, Soul Calibur: Lost Swords, Soul Calibur VI |
Taki era una experta kunoichi que trabajaba como cazademonios. Era huérfana, y fue criada por Toki, el maestro ninja. Taki pertenecía un clan ninja que vivía en la clandestinidad. Conocía muchas técnicas que en el mundo exterior se habían olvidado, teniendo ella misma poderes sobrenaturales. Decidió viajar a través de Japón para proteger a sus gentes de los ataques de los demonios. Creó sus propias armas con amor y cuidado. Su arma favorita era conocida como Rekki-Maru.
Sin embargo, recientemente, Rekki-Maru se había debilitado, al mismo tiempo que Soul Edge apareció. Taki fue llamada para ayudar a un templo donde el sello que contenía a los demonios furiosos se estaba debilitando. Cuando llegó, se vio rodeada de demonios y fantasmas. A Taki le encantaban los desafíos, así que afrontó la lucha sin miedo. Sacó su espada y cortó al líder, sorprendiéndose de que todavía estaba vivo.
Realizó un ataque tras otro, hasta que finalmente desapareció. Taki solía eliminar a los demonios de un único golpe, pero Rekki-Maru se estaba deteriorando rápidamente. Se dio cuenta de que para salvar Rekki-Maru, tendría que encontrar y destruir Soul Edge. Se dispuso a hacer precisamente eso, ya que ella iba a viajar hasta los confines de la tierra por su querida espada.
Taki era miembro de un clan Ninja con el juramento de combatir a los demonios.
Creyendo que su amada espada, "Rekki-Maru", estaba en armonía con la malvada espada "Soul Edge", Taki cruzó el mar en busca de la verdad. Durante su viaje, consiguió obtener un fragmento de la diabólica espada.
Cuando regresó a su tierra, Taki fracasó en su intento de fundir el fragmento con su propia espada. Sin embargo, cuando Taki intentó fundir el mismo fragmento con la espada "Mekki-Maru", los dos materiales se unieron de inmediato y un aura diabólica comenzó a salir del filo de la espada...
Para medir el poder de "Mekki-Maru" contra la "Soul Edge", Taki viajó una vez más a tierras extranjeras.
Sin embargo, escondido en el lado oscuro de su corazón, Taki sintió el deseo de dominar el poder inmenso de la demoníaca espada.
Tras vencer al terrible pirata Cervantes, Taki intentó fundir un fragmento de Soul Edge que extrajo del cuerpo de Sophitia, con su espada demoníaca Mekki-Maru.
Tras la fusión Mekki-Maru resurgió con más poder diabólico. Taki temía que el líder del clan Fu-Ma, el maestro Toki, se llevase a Mekki-Maru, así que abandonó el clan, convirtiéndose en una ninja renegada. Buscó a Soul Edge, esperando destruir ambas espadas, enfrentándolas una contra la otra.
Sin embargo, cuando encontró a Soul Edge, su dueño, Nigthmare, ya había sido derrotado.
Quizá fue el hecho de que carecía de plan para destruir a Mekki-Maru, pero el ansia de Taki por controlar la espada crecía. Un día se encontró con varios Ninjas Fu-Ma. Pero en esta ocasión, sus perseguidores intentaron capturarla, no matarla.
Tras vencerlos, buscó entre sus ropas y encontró un framento de metal que le resultó familiar.
Sin duda, Toki estaba buscando información sobre Soul Edge. Eso explicaría por qué los ninjas intentaron capturarla con vida.
Taki conocía el efecto que Soul Edge producía en quien la usaba, por lo que decidió que no debía caer en manos del maestro Toki.
De vuelta a Japón, Taki sintió la presencia de la espada maligna. El tiempo corría en su contra.
Taki estaba preocupada por Soul Edge, pero en esos momentos lo estaba aún más por Toki, el líder del clan Fu-Ma. Para distraer la atención del clan, filtró deliberadamente parte de la información que tenía acerca de los fragmentos de la espada maligna. Una vez que consiguió dispersar a los agentes enviados por Toki, se dirigió a Japón.
Los miembros del clan Fu-Ma vivían ocultos del mundo y se dedicaban a exorcizar demonios y monstruos. Taki rastreó sus actividades y entró en contacto con una facción del clan opositora a Toki. Dicha facción le indico que Toki se encontraba en el templo de Hoko, en la capital. Taki y Toki se enfrentaron cara a cara en el altar del templo. El aspecto de su antiguo maestro había cambiado: ahora era el de un demonio.
Toki se alimentaba de los espíritus danzantes y la energía del templo, pero, a pesar del poder de su rival, Taki no se dejó doblegar por él.
Fue un combate cruel.
Irónicamente, Taki obtuvo su ligera ventaja gracias a las técnicas de Fu-Ma que el propio Toki le había enseñado y a la espada Mekki-Maru, que el mismo había hallado.
Taki quiso acabar con su antiguo maestro, gravemente herido tras la sangrienta lucha. Pero, mientras se preparaba para asestar el golpe definitivo, Taki reparo en una débil voz que la llamaba:
“Taki... ¿Eres tú? Está muy oscuro…”
Taki no estaba preparada para eso: la voz no mostraba signo alguno de locura. Cuando despegaba los labios para llamar a su maestro, los ojos de Toki se abrieron de repente. Un ente con aspecto de aura, imposible de identificar, afloró de su boca y desapareció en la oscuridad.
Taki se preparó para salir del país al alba. No cabía la menor duda: Toki había ido a buscar la espada maligna. La presencia de Soul Edge era débil en esos momentos, una oportunidad perfecta para rastrearla.
La vida de un ninja es efímera. Después de todo este tiempo, Taki se sorprendió a sí misma cavilando acerca de ello mientras desaparecía en la noche como una sombra de color carmesí.
Taki iba detrás de Soul Edge, la espada que había suelto loco a su señor y le había convertido en un monstruo. Con el tiempo llegó a la Catedral Perdida, donde vio las dos espadas entrelazadas en el abrazo de las almas. Y por fin supo de la espada espíritu, un arma capaz de resistir el maléfico poder de la espada maldita.
Taki estaba allí cuando las espadas antagónicas fueron liberadas y Siegfried y Nightmare combatieron. Pero las dos armas no se destruyeron la una a la otra como ella esperaba, sino que ambas se hicieron incluso más poderosas. Juntas desencadenaron un cataclismo y Taki apenas pudo escapar del caso subsiguiente. La Catedral Perdida quedó arrasada, pero Soul Calibur y Soul Edge sobrevivieron.
Incluso entonces, el mortífero poder de las dos espadas las unió y las acercó. Tendrían que ser reducidas al olvido de una en una para evitar que volvieran a unirse. Pronto descubrió que la espada maldita se encontraba en Ostrheinsburg, y que Siegfried se dirigía a ese mismo lugar. Ya no había tiempo, se dispuso a realizar su propio viaje.
Taki fue testigo de todo en la Catedral Perdida, Siegfried había mostrado una aparente conmoción ante el abrumador torrente de poder, pero la espada espíritu intervino para mantenerle con vida. ¿Sería capaz de aferrarse a su razón humana y controlar de alguna forma el inmenso poder que residía en su interior? Ella no podía dejar la respuesta al azar. Tomo una decisión, haría lo que tenía que hacer.
