Xianghua se puede considerar uno de los protagonistas del juego junto con Kilik, siendo uno de los personajes emblemáticos del juego hasta su eliminación en Soul Calibur V, acompañando a sus movimientos con algunas actitudes y frases burlonas (just kidding!) y un carácter alegre, siguiendo el cliché que de la mujer china hermosa instaurado por Chun-Li en Street Fighter II y que han seguido otros juegos. Xianghua es uno de los personajes más débiles de la saga y su alcance tampoco es bueno, no obstante soluciona esto gracias a la velocidad y la riqueza de sus movimientos y combos que le dan una mayor versatilidad, siendo bastante eficaz en el combate cercano. En general, se la considera un personaje equilibrado, a pesar de su escasa fuerza. |
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Valoración personaje usuarios: | |
País de nacimiento: | Pekín, Dinatía Ming |
Estatura y Peso: | 1,52m - 46Kg |
Estilo de Lucha: | Artes marciales |
Arma: | Espada china, Jian |
Fecha de nacimiento: | 2 de Abril de 1571 |
Familia: | Padre: Kong Xiuqiang, Madre: Chai Xiangfei, fallecida, Hermana: Xianglian, Esposo: General del Imperio Ming, Yan Wujin, Hija: Leixia |
Aliados: | Edge Master, Maxi, Amante: Kilik |
Enemigos / Rivales: | Zasalamel, Nightmare |
Seleccionable: | Soul Calibur, Soul Calibur 2, Soul Calibur 2 HD, Soul Calibur 3, Soul Calibur 4, Soul Calibur Broken Destiny, Soul Calibur VI |
El emperador de Ming estaba furioso con la falta de progreso en la búsqueda del "Soul Edge", "La espada del Héroe", por lo que ordenó a la guardia real unirse a su búsqueda. Xianghua era una de ellos.
Los guardias se disfrazaron como un grupo de Ópera China para evitar que no hubiese sospechas sobre su verdadera misión. Xianghua, que había aprendido en su niñez las artes marciales gracias a su madre, fue elegida como la estrella de la Ópera.
Mientras que se preparaba para su viaje, recordó las últimas palabras de su madre:
"Naciste para completar una importante tarea... ¡Ábrete camino a través de un futuro incierto!"
Con su preciada espada en mano, Xianghua partió con la sensación de que las fuerzas invisibles del destino la empujaban hacia delante.
Xianghua se convirtió en miembro de la guardia real por su destreza con la espada, que aprendió siendo niña. Más tarde formó parte de un grupo encargado de encontrar a Soul Edge. Sin embargo, los hombres del Emperador no consiguieron su objetivo.
En realidad, Xianghua encontró la espada, pero desobedeció las órdenes y destruyó el arma maldita tras conocer su verdadera naturaleza. Así perdió el favor del Emperador, la degradaron de rango y la relegaron a trabajos anodinos.
Un día, Xianghua supo que el emperador había atacado un castillo donde supuestamente se refugiaba un miembro del grupo enviado para encontrar la espada maldita y que se negaba a entregársela al Emperador.
Llegaron más tropas y el castillo cayó pero jamás encontraron la espada. Entonces llamaron a Xianghua, pues necesitaban sus conocimientos y experiencia.
Xianghua había destruido la espada maldita. Soul Edge ya no existía en este mundo. Pero una investigación demostró lo contario. Se decía que aún había fragmentos de la espada en este lugar.
¡Si eso era cierto, tenía que encontrar los fragmentos y destruirlos hasta que no quedase nada!
Xianghua se marchó recordando las palabras de su madre: “Ábrete camino a través del futuro incierto.”
“No pude hacer nada…”. El dolor de la derrota oprimía el corazón de Xianghua.
Tras el reencuentro con Kilik, se habían enfrentados juntos al hombre de la guadaña y habían perdido. En realidad el combate había sido únicamente entre Kilik y el hombre, ya que este último no había mostrado interés alguno en Xianghua. Lo único que ella pudo hacer fue huir llevándose el cuerpo inconsciente de Kilik.
Xianghua acudió al maestro de Kilik, Edge Master.
Cuando este le aseguro que Kilik se repondría, Xianghua respiró aliviada y, confiando al anciano una carta para entregársela a Kilik, se fue de allí.
Al volver a su país, Xianghua fue a buscar a un anciano general, tal como había sugerido y dispuesto Edge Master.
Con él, Xianghua se entregó a su entrenamiento con el único objetivo de incrementar su fuerza; sus habilidades experimentaron una notable mejora en poco tiempo. No obstante, no conseguía liberarse del desasosiego que oscurecía su corazón:
“¡No debo tener miedo! ”, se decía, intentando convencerse. El instructor, al percibir su desazón, le habló en estos términos: “A veces, el camino del guerrero exige dejar entrar los sentimientos oscuros, sopesarlos y luego dejar que se vayan.
Tras ese día, Xianghua empezó a entrenar también su mente. Su corazón sería como el agua y dejaría que todo fluyese a través de ella sin romperse. Tras varios meses, cuando sintió que ya estaba preparada, se despidió cortésmente y se lanzó a proseguir su viaje.
Cuando se encontrase de nuevo con Kilik, le diría con orgullo: “Siento haberte hecho esperar. ¡Por fin estoy a tu nivel!”.
El entrenamiento que había tenido Xianghua en su tierra le había dado la fuerza para superar su propia fragilidad psicológica. Avanzó velozmente por la Ruta de la Seda, y pronto encontró a Kilik. Felizmente reunidos, ambos se dirigieron hacia la India siguiendo las huellas de Maxi. Pero aunque encontraron a su viejo amigo como esperaban, éste no se unió a ellos. ¿Estaba Maxi buscando la espada maldita para vengarse? En tal caso, Xianghua haría todo lo posible por detenerlo. Usar la espada maldita para vengar a los caídos no salvaría a su amigo.
Y Kilik… Ella se giró para mirarle que estaba caminando a su lado. No tenía ni idea de lo que él sentía por ella, pero su corazón si lo tenía claro al respecto. Aunque mientras quedase tanto por hacer, nunca podría pronunciar las palabras. Tenían que detener a Soul Edge. La última vez que se habían enfrentado a ella, carecían del poder para destruir el arma por completo y en ese fracaso recaía la culpa de todo el mal que la espada maldita había desencadenado desde entonces.
(“Forjaré mi destino. ¡Esta vez acabaremos con Soul Edge de una vez por todas!”)
Y así, convirtiendo los remordimientos en resolución Xianghua siguió adelante. Cuando vio la lluvia de estrellas por el cielo hacia el oeste una noche, lo supo: se acercaba el combate final.